El 81% de los consumidores no consigue ahorrar más este año, mientras que un 21% no llega a fin de mes y tira de ahorros o se endeuda
La crisis económica y la incertidumbre financiera han tenido como consecuencia inmediata que este año hayan pintado bastos para los ahorradores. Además, la perspectiva para el año que viene tampoco es mucho mejor.
12-12-2011
En 2011 la capacidad de ahorro de los consumidores no ha aumentado, sino que ha decrecido. Un 81% de los consumidores no han conseguido ahorrar más este año y un 20,8% asegura que tiene problemas para llegar a fin de mes, lo que les ha llevado a tirar de los ahorros e incluso a endeudarse, según el "Estudio sobre los hábitos de ahorro de los consumidores" en 2011, realizado por ADICAE y dado a conocer en noviembre, y el Índice de Confianza de los Consumidores (ICC) de noviembre, que realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Las perspectivas para el año que viene tampoco son como para tirar cohetes, más bien al contrario. Según el ICC, que por primera vez elabora el CIS (antes lo hacía el Instituto de Crédito Oficial), más de la mitad de los ahorradores prevén que en 2012 tampoco aumentarán su capacidad de ahorro, más bien al contrario. Un 31,8% creen que ahorrarán menos y un 44,8% creen que esa situación no cambiará en los próximos seis meses.
Los ahorros, principalmente en la cuenta corriente
Además, hay un 26% de consumidores que vive al día ya que no tiene ningún tipo de ahorro, según se refleja en el ‘Estudio sobre los hábitos de ahorro de los consumidores’, realizado por ADICAE. En este estudio también se ha sondeado la opinión de los consumidores sobre los productos de ahorro en los que invierten y los resultados son muy esclarecedores. Un 66% de los consumidores ahorra en cuentas corrientes y depósitos a plazo, mientras que un exiguo 5% lo hace en productos más complejos, como fondos de inversión o lo hace en Bolsa.
En ese sentido, un 88% de los consumidores encuestados en el estudio de ADICAE se definen, a sí mismos, como ahorradores de carácter conservador y sólo un 9% aseguran que han cumplimentado, en algún momento, un test de idoneidad para invertir en un determinado producto.
Ese bajo porcentaje de usuarios a los que la banca ha realizado un test de idoneidad a la hora de invertir, tiene como consecuencia que un 82% de los consumidores declare haber tenido una "mala experiencia" con las entidades financieras y, yendo un poco más allá, un 47% de ellos, califique esa situación como "fraude".
La Banca no informa con transparencia
La sensación de que la Banca presta poca atención a la hora de informar a los consumidores es también compartida por un colectivo de técnicos como el de los asesores de planificación financiera personal. Según una encuesta realizada recientemente, un 54% de ellos asegura que la Banca antepone su propio interés al de los consumidores.
De hecho, cuatro de cada cinco de esos asesores cree que la Banca no es transparente cuando tiene que informar a los consumidores por las comisiones que les cobra. Además, también cuatro de cada cinco aseguran que bancos y cajas no informan con transparencia de los productos y servicios que les venden a los consumidores y usuarios.
Esa falta de claridad a la hora de colocar sus productos se ha constatado recientemente cuando, debido a la crisis económica, miles de consumidores han ido a echar mano de sus ahorros y se han encontrado con que no podían sacar su dinero, porque la entidad financiera les había colocado participaciones preferentes (un producto de renta fija, con escasa liquidez y mayor riesgo), en lugar de depósitos a plazo fijo.
Inversores de riesgo moderado
Precisamente en relación al riesgo en las inversiones, según el estudio realizado por ADICAE, la mayoría de los inversores se definen a sí mismos como "ahorradores de nivel de riesgo moderado" y, en menor medida, como "de nivel medio".
De hecho, según un detallado informe realizado por el profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Julio Fernández Garrido, sobre la base del estudio de ADICAE, la elección del tipo de productos financieros que los consumidores eligen para ahorrar se basa en lo que les resulta "más fácil", por lo que lo más "común es la libreta".
Según las conclusiones del informe de Fernández Garrido, para tomar esa decisión, los ahorradores buscan informaciones próximas o preguntan a quien les vende el producto. Esa situación se produce especialmente entre los consumidores que se encuentran en un "grupo de riesgo", como es el caso de los jóvenes, las personas mayores y los que tienen menos estudios.
Nuevo negocio para la Banca
Basándose en esa actitud de los consumidores de recurrir a los comerciales bancarios que les venden los productos en busca de asesoramiento, la Orden de Transparencia bancaria que acaba de poner en vigor el Ministerio de Economía ha establecido una nueva potestad para la banca, según la cual podrá cobrar a los consumidores por asesorarles a la hora de ofrecerles un producto o un servicio.
La nueva normativa dispone que los bancos podrán ofrecer a los consumidores "un contrato de servicio bancario de asesoramiento" en virtud del cual tendrán la "obligación de actuar en el mejor interés del cliente". Una definición, cuando menos, llamativa, ya que, los bancos ya perciben numerosas comisiones y gastos en concepto de "estudio" o "formalización", por ejemplo, que, en teoría, deberían incluir esa labor de asesoramiento.
Por otra parte, conviene tener en cuenta un aspecto que incide directamente en esa labor de asesoramiento y que es la independencia que puedan tener los comerciales de los bancos y cajas a la hora de vender los productos de ahorro e inversión propios o de la competencia.