Más riesgo para el pequeño ahorrador: la Banca sustituye los depósitos por los pagarés
En los últimos meses bancos y cajas de ahorros han disminuido su oferta de depósitos y aumentado la de pagarés, ofreciendo ‘rentabilidades’ que rondan el 4%. Así, la Banca se ‘salta’ la normativa que le obliga a realizar más aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos, tratando de captar pasivo mediante un producto que sólo cuenta con la garantía de la salud financiera de la propia entidad.
13-02-2012
La Banca siempre encuentra resquicios a la legalidad vigente para ‘rodearla’ y escapar a las tibias penalizaciones existentes. El último ejemplo de ello es la avalancha de pagarés que en los últimos meses han sacado decenas de entidades financieras. Un producto con el que quieren seguir captando el ahorro de los consumidores y con el que están sustituyendo a los, a priori, seguros depósitos por los que, dependiendo de su rentabilidad, deben realizar aportaciones extraordinarias al Fondo de Garantía de Depósitos.
En abril de 2011 el Consejo de Ministros promulgó un Real Decreto Ley que venía a ‘penalizar’ los ‘superdepósitos’ ofertados por la Banca. Esta nueva legislación consiste en que las entidades que paguen por el ahorro una TAE por encima de Euribor a 1, 6 ó 12 meses más 1 ó 1’50% –dependiendo del plazo-, deberán aportar un 0’3% del capital captado al Fondo de Garantía de Depósitos, que garantiza los primeros 100.000 euros colocados en depósitos o cuentas en caso de quiebra de una entidad. En el caso de las cajas de ahorros la penalización asciende al 0’5% de lo captado.
Ahora florecen los pagarés. La inversión mínima de estos productos se ha rebajado considerablemente y ya son accesibles para la mayoría de los consumidores. Bankia, Cajamar, CatalunyaCaixa, Banco Sabadell, Banco Santander, Banesto, Banco Popular, Bankinter, Banco Pastor, Ibercaja,… casi toda la Banca ha sacado emisiones de pagarés con rentabilidades cercanas al 4%.
Un producto complejo y de riesgo
El consumidor debe tener en cuenta que el pago de los pagarés depende íntegramente de la entidad que los emita y no está respaldado por ningún fondo de garantía, algo que sí ocurre con los depósitos –respaldados con hasta 100.000 euros por el Fondo de Garantía de Depósitos-. Esto significa que si su banco o caja de ahorros quiebra, no habrá nadie que le devuelva su inversión, sino que el consumidor pasará a la lista de acreedores y deberá esperar su turno para cobrar, por detrás de todos los demás.
En este sentido es muy importante conocer la situación financiera de su entidad, su solvencia (disponibilidad de efectivo) y su vinculación con el ladrillo, ya que ésta podría lastrarle considerablemente. No adquiera productos en cualquier entidad cuya situación financiera le ofrezca la más mínima duda.
Los pagarés son un activo de renta fija y, por tanto, se negocian en el mercado secundario –AIAF-, que suele ser muy poco líquido ya que ofrece pocas garantías de venta antes del vencimiento. Y, aunque ésta fuera posible, nada garantiza que el precio de venta sea igual o superior al de la adquisición de los pagarés, por lo que el usuario puede perder dinero con la operación. El riesgo es importante.
Más allá de eso, también hay que tener muy presentes las comisiones vinculadas a los pagarés. Aunque normalmente este tipo de productos en sí mismos no conllevan comisiones, sí suelen requerir la apertura de una cuenta corriente y una cuenta de valores y éstas pueden acarrearnos unos intereses importantes, sobre todo en caso de venta anticipada. Además es preciso señalar que las entidades financieras suelen aplicar comisiones de entre el 0’4 y el 1% por cancelación anticipada; comisiones aplicadas sobre los días que resten para el vencimiento del pagaré.
Una vez valorados todos estos factores el consumidor debe hacerse la siguiente pregunta: ¿merecen la pena los pagarés?